mayo 26, 2011

Juegos astronómicos II. Paisajes planetarios


¿Haz imaginado otros mundos?
¿Cómo serán sus cielos? ¿De qué color sus atmósferas? El matiz que tomarán sus amaneceres y sus tardes al brillo de otros soles. Planetas que giran alrededor de gigantes rojas o de sistemas binarios, planetas que se encuentran cercanos a los remanentes de alguna supernova o aquéllos que orbitan alrededor de un pulsar o inclusive, planetas cercanos a un hoyo negro.

Paisajes en los que se puede ver una playa lejana cuyas arenas no estén hechas de silicatos de silicio ni su mar sea de agua salada, o quizás bosques que contengan otros árboles o paisajes en los que se puedan contemplar ¿otras ciudades?

Si ustedes quisieran dibujar sus propios paisajes planetarios, podrían dibujar lo que quisieran, la imaginación sería el límite de las maravillas que se pudieran contemplar en estos planetas.

No obstante, tenemos la oportunidad de aproximarnos a paisajes planetarios reales si consideramos los planetas de nuestro Sistema Solar. Conociendo los componentes de los suelos y de las atmósferas e incluso basándonos en fotografías de las sondas espaciales, podríamos considerar lo siguiente para la creación de paisajes planetarios del Sistema Solar.


Mercurio

Su suelo es similar al suelo lunar, lleno de impactos de cráteres. Casi carente de atmósfera, su cielo se vería oscuro no sólo por las noches sino en un día largo cuya duración es de poco más de 29 días terrestres (el día completo es de 58 días). El tamaño del Sol sería enorme (¿qué tanto?), debido a la cercanía del planeta al Sol.


Venus

Este planeta es muy similar en tamaño a la Tierra pero muy diferente en sus condiciones climáticas. Su temperatura oscila alrededor de los 500 grados Celsius en su superficie (¡aún mayor a la temperatura de Mercurio!) debido al efecto invernadero de un cielo de dióxido de carbono de aspecto naranja debido a las trazas de dióxido de sulfuro en su atmósfera y que está plagado de nubes de ácido sulfúrico. Lloviendo constantemente una lluvia letal y con gran actividad de tormentas eléctricas, el Sol, de mayor tamaño al que se ve en el cielo terrestre, surgiría a través de las nubes.



Marte

Las naves Viking lograron fotografiar la superficie real del planeta. Sus suelos de arcilla le dan el aspecto rojo con el que se observa en el cielo y aunque su atmósfera es muy tenue, los vientos que levantan el polvo arcilloso le dan el color rosa a su cielo. Desde ahí, el Sol se vería más pequeño que en la Tierra, en un planeta con temperaturas que oscilan entre los -140 a 20 grados. De hecho ¿sabías que Marte es considerado seriamente para establecer colonias humanas en un futuro próximo? ¡Más ideas para paisajes planetarios!



Júpiter

A partir de Júpiter, con excepción de Plutón, los planetas son, en su mayor parte, gaseosos con un núcleo posiblemente muy caliente y quizás líquido o sólido. Las nubes de Júpiter van desde el blanco hasta el café con varios matices de naranja, como lo fotografiaron las sondas Voyager en 1979. Una gran mancha roja refleja un ciclón de enormes dimensiones (mayor al tamaño de la Tierra). En la parte más alta, el cielo sería de tono anaranjado muy ténue con varias lunas en el cielo, algunas nubes todavía se visualizarían y también el Sol se vería como un pequeño círculo amarillo.


Saturno

Por fotografías de la sondas Voyager 1 y 2, sabemos que el cielo de Saturno debe lucir un color azul tenue con nubes azules de hielo y vapor de agua, nubes naranjas de cristales de hidrosulfito de amonio y nubes blancas de cristales de amonio que dejan pasar la luz de un Sol tan lejano que se confunde con los tamaños de otras estrellas. Además de las muchas lunas que pudieran verse en Saturno, también se contemplarían los anillos coloridos que atraviesan el cielo saturnino.


Urano

En el tope de las nubes de este planeta gaseoso, el color de su cielo se vería azul-verdoso debido al contenido de metano en su atmósfera. La sonda Voyager 2 descubrió nuevas lunas y anillos. Pequeñas lunas se verían en su cielo y un muy pequeño Sol apenas lo iluminaría desde la distancia.



Neptuno

Fue fotografiado por la sonda Voyager 2 en 1989. En el tope de las nubes, el cielo sería del color de un azul profundo debido a la presencia de metano atmosférico. Varias pequeñas lunas se divisarían en su cielo junto con un Sol que aunque aún destaca en lo alto, casi se parece al resto de las estrellas.


Plutón

En el caso de Plutón, no hay fotografías a la fecha que puedan darnos alguna pista de la posible apariencia de sus paisajes planetarios. Sin embargo, con potentes telescopios, el planeta se observa de color amarillento y posee una ténue atmósfera de metano. Con suelo sólido quizá cubierto de cráteres o quizá con formaciones cristalinas debido a las muy bajas temperaturas (-220 grados) se visualizaría un cielo oscuro apenas iluminado por un Sol que se pierde en la distancia y en el que se puede contemplar una gran luna semi-oscura (Caronte) con un fondo bellamente estrellado.


En varias pláticas les he dado la información a cientos de niños y adolescentes que me hicieron sorprenderme con sus creaciones.
¿Quieres intentar tu propio paisaje?

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