junio 08, 2014

Ciencia: cuando los nombres serios no bastan en Matemáticas

Oír sobre las matemáticas puede causar pesar y dolor. En general, alrededor del mundo, las matemáticas son un tema tortuoso pues todos los que estudian alguna vez se han enfrentado a esta materia que como decía la canción: “es la ciencia que te quita la paciencia”.
¿Cómo entonces hablar de divertirse con los nombres en matemáticas?
Bueno pues, existen gráficas de las llamadas funciones matemáticas que por su similitud con ciertos objetos adoptan su nombre. Por ejemplo, ¿has oído hablar de la “función de las palomitas”?


Esta función se conoce formalmente como “función de Thomas” que por su bella generación también se le ha llamado “función de gotitas” o “estrellas sobre Babilonia”.
La función de Thomas es parte de las llamadas funciones de Dirrchlet que debido a cómo se definen, generan gráficas de rayitas. ¿Qué nombre le pondrían?


Una función es una herramienta matemática que asocia dos conjuntos de variables. En una gráfica es claro intuir lo que significa, por ejemplo, cómo varía la temperatura a lo largo de los días, en este caso, el tiempo (los días) es la variable independiente y la temperatura es la variable dependiente, o sea, la temperatura depende del tiempo, aunque si fuera así de fácil ¡entonces sabríamos que ropa usar con tan sólo ver las noticias!

Pero volviendo a las matemáticas, existen otras funciones que llegan a estudiarse en los cursos de finales de bachillerato y en las licenciaturas del área físico-matemáticas como la “cardioide”. Sin embargo, esta curva se puede dibujar fácilmente marcando un punto en un círculo y rodándolo sobre otro inmóvil y por supuesto, se parece a la forma cardíaca, o en términos más comunes, a un corazón.


La cardioide se dibuja sobre papel polar pues la variable independiente es el ángulo de giro. En papel polar también se puede generar una linda gráfica con la función coseno de manera que surjan “flores” como la “rosa de los cuatro vientos”.


Y ¿qué tal la “bruja” o “hechicera” de Agnesi, nombrada en honor de la matemática italiana que la descubrió. Esta curva parece efectivamente el sombrero de una bruja y se construye utilizando un círculo y las líneas tangentes a él.


Entre las funciones recientes, también aparece el “sombrero mexicano” que es una de las llamadas ondículas que se emplea para múltiples aplicaciones de aproximación como el análisis y reconocimiento de las huellas digitales.


¿Y qué decir de la ley del sándwich? Aquélla que nos permite simplificar la división de expresiones fraccionales.


Y hablando de comida, ¿qué tal el teorema del emparedado? Que aunque sándwich también, se utiliza para establecer las funciones que limitan a otra función y es útil cuando lo que se busca es limitar un comportamiento.



¿Algo más para incluir?

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