A pocos días de haber iniciado el
año nuevo, vienen a la mente de una gran cantidad de personas los propósitos de
año nuevo. Es una incógnita el número de personas que se proponen cambiar la
vida y también lo es el número de propósitos que quieren cumplir pero lo que sí
se conoce, “la constante” en estos casos, es el tipo de propósitos que la mayoría
quiere seguir.
Ahí te van los más comúnes… y como
cumplirlos con ayuda del lenguaje algebraico:
Ahorrar dinero, pagar deudas
Para que este propósito tenga
sentido, antes que nada debes saber:
C = ¿cuánto dinero tienes?
D = ¿cuánto dinero debes?
X = ¿cuánto dinero quieres tener
para fin de año?
I = Ic + Iv ¿a
cuánto dinero ascienden tus ingresos constantes (Ic) y variables (Iv)?
G = Gc + Gv =
¿a cuánto dinero ascienden tus gastos constantes (Gc) y variables (Gv)?
La ecuación de ahorro es, pues:
X = C – D + (Ic
+ Iv) – (Gc + Gv)
Es decir, el dinero que quieres
tener es igual al dinero que tienes o capital inicial C menos lo que debes (tu
deuda D) más los ingresos y menos los gastos que puedas tener.
Pero no todas son incógnitas en esta
ecuación y así será mucho más fácil que alcances tus metas. Supongamos que
tienes 20 dólares por ahora y una deuda de 50 y lo que quieres tener al final
del año es unos 2000 dólares. La verdad que cada quien querrá tener una
cantidad diferente y partirá de condiciones distintas, ¿no? Ahora bien, si tus
gastos mensuales constantes son de 500 dólares y tus ingresos de 700, la
cuestión de ahorro queda en el balance de los gastos variables y los ingresos
variables. Por lo tanto tu ecuación de ahorro sería:
5000 = 20 – 50
+ (700x12 + Iv) – (500x12 + Gv)
5000 = 20 – 50
+ 700x12 + Iv – 500x12 – Gv
5000 = 2370 + Iv
– Gv
Que
significa que el balance entre los ingresos y los gastos variables en el año
debe ser de 2630 dólares:
Iv –
Gv = 2630
O
sea, poco más de 219 dólares mensuales, que dicho de otro modo, debe ser el
ahorro mensual.
Claro
que hay manera de optimizar el ahorro, quizás con inversiones que generen
interés… más lenguaje algebraico, y más ecuaciones, esta vez con el uso de
exponenciales. Pero si se quiere cumplir este propósito, realmente más vale
hacer cuentas.
Bajar de peso
Uno de los propósitos más comúnes de
inicios de año es bajar de peso. Mucha gente (otra vez el número es una
incógnita) elige “hacer dieta” mientras que otras personas (el número es una incógnita
también) traducen este propósito en “hacer ejercicio”.
Para cumplir este propósito, el
balance matemático es muy claro. La comida C que ingieres tiene calorías y la
actividad A que haces requiere calorías. Para vivir, un adulto promedio sedentario
requiere no más de 1800 calorías (kilocalorías, en realidad, pero se maneja más
la palabra “calorías” para referirse a la ingesta de kcal). Mantenerte en tu
peso se puede expresar, algebraicamente como:
Mantenerte en tu peso = C – A
Mantenerte en tu peso = 1800 – 1800
= 0
Digamos que se te permite que comas
alimentos con C = 1800 calorías pues con vivir, dormir y medio moverte, tu
cuerpo consume esa energía sin acumularla.
¿Cómo bajar de peso entonces? Pues
la ecuación debe ser algo así:
Bajar de peso = (C – D) – (A + E)
A las calorías que ingieres puedes
disminuirlas con una dieta D. Digamos que escoges ingerir C – D = 1500
calorías, es decir, disminuyes tu ingesta en 300 calorías. Y por otro lado,
para bajar de peso, decides elevar tu actividad de sedentario con ejercicio E.
Supongamos que decides lo que muchos (el número “muchos” es una incógnita para
todos nosotros) y comienzas a trotar por 30 minutos. Un ejercicio así consume
unas 100 calorías por lo que la ecuación de bajar de peso queda como:
Bajar de peso = 1500 – (1800 + 100)
Bajar de peso = – 400 cal
Por tanto, al mes se estarían
reduciendo unas 400x30 = 12,000 calorías. Y ahora la pregunta crucial es: ¿esa
reducción, a cuántos kilos de peso perdido equivale? Bueno pues, para perder un
kilogramo de peso, se necesitan unas 7200 calorías por lo que con esa rutina,
sin duda se estaría perdiendo, al menos, un kilogramo de masa corporal.
Si la rutina consistiera sólo en
dieta, se pierde masa pero no se moldea mientras que si se hace ejercicio, se
moldea la parte que se ejercite. Trotar o correr estiliza el cuerpo, hacer
pesas lo moldea y otros ejercicios como el remo, el esquí o el alpinismo tienen
una fuerte repercusión sobre las calorías diarias que se queman.
Para cumplir este propósito, lo
importante es la constancia sin esperar que un milagro sustituya a las
matemáticas del balance calórico ¡eh!
Viajar
Uno de los deseos más comúnes para
la mayoría de la gente (¿mayoría es otra incógnita?) es poder tener la
oportunidad de viajar más. Para poder viajar hay dos factores fundamentales:
tener dinero y tener tiempo.
A veces no se tiene dinero pero sí
se tiene tiempo y en ocasiones sí hay dinero pero no se tiene tiempo. Claro
siempre está el peor caso en el que no se tiene dinero ni tiempo o la situación
ideal en que los astros se alinearon para que tengas tanto dinero como tiempo.
Para los seres mortales y comúnes y
corrientes, el problema siempre es cuestión de dinero o tiempo. Tener dinero se
resuelve con el primer propósito de la lista que ya revisamos: ahorrar. Y tener
tiempo se resuelve de una forma más o menos parecida.
De las 24 horas diarias de los 7
días de la semana, ¿qué haces? Quizá tu conjunto de actividades más importante
se podría resumir como:
t1 = tiempo para dormir o
descansar
t2 = tiempo dedicado a trabajar
o estudiar
t3 = tiempo para realizar
obligaciones (limpieza, orden, compras, etc.)
t4 = tiempo para tu
familia
t5 = tiempo para alguna
actividad física
t6 = tiempo para
socializar (salir con tus amigos, fiestas)
t7 = tiempo para ti
(pasatiempos)
t8 = tiempo espiritual (meditación)
t9 = tiempo para otras
actividades
Por día, por semana y por mes,
puedes ver cuánto tiempo le dedicas a cada actividad. Digamos que a la semana
duermes t1 = 28 horas, trabajas o estudias t2 = 40 horas,
dedicas unas t3 = 7 horas a tus obligaciones, t4 = 7
horas a tu familia (que coincide con la hora de la comida, el t9 quizás,
pero este año les quieres dedicar más tiempo, por lo que aumentarás unas 3
horas los sábados y otras 3 los domingos que dan un total de t4 = 13),
no haces ejercicio (t5 = 0) aunque tu propósito de este año es correr
una hora diaria (corrijo, t5 = 7 horas). El tiempo para socializar
si lo tienes contemplado: unas 2 horas diarias de entresemana con tus
compañeros de estudio o trabajo, unas 5 horas los viernes y otras 5 horas los
sábados que dan un total de t6 = 20 horas. Prácticamente no tienes
pasatiempos, pero tu propósito este año es tomar un curso de “algo” (una incógnita)
a la que quizás le dediques t7 = 4 horas semanales. No acostumbras a
meditar aunque tu propósito es dedicarle al menos unos 10 minutos al día (t8
= 1.1 horas semanales). Una semana tiene 168 horas que con estas suposiciones
siguen esta ecuación:
168 = t1 + t2 +
t3 + t4 + t5 + t6 + t7 +
t8 + t9
168 = 28 + 40 + 13 + 7 + 20 + 4 +
1.1 + t9
168 = 113.1 + t9
Por lo que t9 = 54.9
horas se dedica a otras actividades. Si quisieras salir un par de días de viaje
y reacomodaras tus horarios, aún te sobrarían 4.9 horas para tus otras
actividades.
Éste es un ejemplo, por supuesto,
pero para mucha gente (la incógnita) simplemente las cuentas no resultan, los
tiempos nunca sobran si es que ya se cuenta con dinero. Y el problema aquí
puede ser la interpretación del “tiempo para otras actividades”. Para viajar
igual que para ahorrar y cualquier otro propósito se tiene que saber con
certeza lo que se tiene y lo que se quiere. Si inviertes mucho tiempo en el
trabajo, con dificultad lograrás tener tiempo para otras actividades o bien, si
le dedicas muchas horas a las fiestas y salidas, entonces tus otras
actividades, incluyendo los viajes, se verán afectadas.
El tiempo para viajar no debe ser
necesariamente semanal, puede planearse para un mes o en el transcurso del año.
Hay que considerar de dónde se va a tomar, así como el presupuesto necesario
que será un asunto de cuentas y claro, con el uso del lenguaje algebraico,
estemos o no conscientes de ello.
Otros propósitos comúnes de inicios
de año son: pasar más tiempo con la familia, dejar de fumar (o alguna otra
actividad que no nos guste), encontrar pareja y aprender algo nuevo.
Para algunos de ellos, es claro que
hay que tener una idea de lo que se tiene y a donde se quiere llegar. Pasar más
tiempo con la familia es una ecuación de balance de tiempos como en el caso de
viajar. Dejar de fumar es similar a hacer ejercicio o dieta, es cuestión de
voluntad y perseverancia, pero también es cuestión de cuentas de lo que te
ahorrarás en comprar cigarros y los años que le agregarás a tu vida. Encontrar
pareja no es matemático pero dedicar tiempo a las actividades que te pueden
ayudar a encontrarla si requiere de análisis similares a otros propósitos.
Y, por último: aprender algo nuevo.
¿Por qué no a resolver situaciones problemáticas? Algo que puede estar más
cerca del análisis que de la búsqueda de soluciones milagro, ¿no?
¡Qué cumplas tus propósitos de inicio de año!
¡Qué cumplas tus propósitos de inicio de año!
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