enero 11, 2020

Propósitos de año nuevo… ¡en lenguaje algebraico!

A pocos días de haber iniciado el año nuevo, vienen a la mente de una gran cantidad de personas los propósitos de año nuevo. Es una incógnita el número de personas que se proponen cambiar la vida y también lo es el número de propósitos que quieren cumplir pero lo que sí se conoce, “la constante” en estos casos, es el tipo de propósitos que la mayoría quiere seguir.

Ahí te van los más comúnes… y como cumplirlos con ayuda del lenguaje algebraico:


Ahorrar dinero, pagar deudas


Para que este propósito tenga sentido, antes que nada debes saber:
C = ¿cuánto dinero tienes?
D = ¿cuánto dinero debes?
X = ¿cuánto dinero quieres tener para fin de año?
I = Ic + Iv ¿a cuánto dinero ascienden tus ingresos constantes (Ic) y variables (Iv)?
G = Gc + Gv = ¿a cuánto dinero ascienden tus gastos constantes (Gc) y variables (Gv)?

La ecuación de ahorro es, pues:
X = C – D + (Ic + Iv) – (Gc + Gv)

Es decir, el dinero que quieres tener es igual al dinero que tienes o capital inicial C menos lo que debes (tu deuda D) más los ingresos y menos los gastos que puedas tener.

Pero no todas son incógnitas en esta ecuación y así será mucho más fácil que alcances tus metas. Supongamos que tienes 20 dólares por ahora y una deuda de 50 y lo que quieres tener al final del año es unos 2000 dólares. La verdad que cada quien querrá tener una cantidad diferente y partirá de condiciones distintas, ¿no? Ahora bien, si tus gastos mensuales constantes son de 500 dólares y tus ingresos de 700, la cuestión de ahorro queda en el balance de los gastos variables y los ingresos variables. Por lo tanto tu ecuación de ahorro sería:

5000 = 20 – 50 + (700x12 + Iv) – (500x12 + Gv)
5000 = 20 – 50 + 700x12 + Iv – 500x12 – Gv
5000 = 2370 + Iv – Gv

Que significa que el balance entre los ingresos y los gastos variables en el año debe ser de 2630 dólares:
Iv – Gv = 2630

O sea, poco más de 219 dólares mensuales, que dicho de otro modo, debe ser el ahorro mensual.

Claro que hay manera de optimizar el ahorro, quizás con inversiones que generen interés… más lenguaje algebraico, y más ecuaciones, esta vez con el uso de exponenciales. Pero si se quiere cumplir este propósito, realmente más vale hacer cuentas.


Bajar de peso


Uno de los propósitos más comúnes de inicios de año es bajar de peso. Mucha gente (otra vez el número es una incógnita) elige “hacer dieta” mientras que otras personas (el número es una incógnita también) traducen este propósito en “hacer ejercicio”.

Para cumplir este propósito, el balance matemático es muy claro. La comida C que ingieres tiene calorías y la actividad A que haces requiere calorías. Para vivir, un adulto promedio sedentario requiere no más de 1800 calorías (kilocalorías, en realidad, pero se maneja más la palabra “calorías” para referirse a la ingesta de kcal). Mantenerte en tu peso se puede expresar, algebraicamente como:
Mantenerte en tu peso = C – A
Mantenerte en tu peso = 1800 – 1800 = 0

Digamos que se te permite que comas alimentos con C = 1800 calorías pues con vivir, dormir y medio moverte, tu cuerpo consume esa energía sin acumularla.

¿Cómo bajar de peso entonces? Pues la ecuación debe ser algo así:
Bajar de peso = (C – D) – (A + E)

A las calorías que ingieres puedes disminuirlas con una dieta D. Digamos que escoges ingerir C – D = 1500 calorías, es decir, disminuyes tu ingesta en 300 calorías. Y por otro lado, para bajar de peso, decides elevar tu actividad de sedentario con ejercicio E. Supongamos que decides lo que muchos (el número “muchos” es una incógnita para todos nosotros) y comienzas a trotar por 30 minutos. Un ejercicio así consume unas 100 calorías por lo que la ecuación de bajar de peso queda como:

Bajar de peso = 1500 – (1800 + 100)
Bajar de peso = – 400 cal

Por tanto, al mes se estarían reduciendo unas 400x30 = 12,000 calorías. Y ahora la pregunta crucial es: ¿esa reducción, a cuántos kilos de peso perdido equivale? Bueno pues, para perder un kilogramo de peso, se necesitan unas 7200 calorías por lo que con esa rutina, sin duda se estaría perdiendo, al menos, un kilogramo de masa corporal.

Si la rutina consistiera sólo en dieta, se pierde masa pero no se moldea mientras que si se hace ejercicio, se moldea la parte que se ejercite. Trotar o correr estiliza el cuerpo, hacer pesas lo moldea y otros ejercicios como el remo, el esquí o el alpinismo tienen una fuerte repercusión sobre las calorías diarias que se queman.

Para cumplir este propósito, lo importante es la constancia sin esperar que un milagro sustituya a las matemáticas del balance calórico ¡eh!


Viajar


Uno de los deseos más comúnes para la mayoría de la gente (¿mayoría es otra incógnita?) es poder tener la oportunidad de viajar más. Para poder viajar hay dos factores fundamentales: tener dinero y tener tiempo.

A veces no se tiene dinero pero sí se tiene tiempo y en ocasiones sí hay dinero pero no se tiene tiempo. Claro siempre está el peor caso en el que no se tiene dinero ni tiempo o la situación ideal en que los astros se alinearon para que tengas tanto dinero como tiempo.

Para los seres mortales y comúnes y corrientes, el problema siempre es cuestión de dinero o tiempo. Tener dinero se resuelve con el primer propósito de la lista que ya revisamos: ahorrar. Y tener tiempo se resuelve de una forma más o menos parecida.

De las 24 horas diarias de los 7 días de la semana, ¿qué haces? Quizá tu conjunto de actividades más importante se podría resumir como:
t1 = tiempo para dormir o descansar
t2 = tiempo dedicado a trabajar o estudiar
t3 = tiempo para realizar obligaciones (limpieza, orden, compras, etc.)
t4 = tiempo para tu familia
t5 = tiempo para alguna actividad física
t6 = tiempo para socializar (salir con tus amigos, fiestas)
t7 = tiempo para ti (pasatiempos)
t8 = tiempo espiritual (meditación)
t9 = tiempo para otras actividades

Por día, por semana y por mes, puedes ver cuánto tiempo le dedicas a cada actividad. Digamos que a la semana duermes t1 = 28 horas, trabajas o estudias t2 = 40 horas, dedicas unas t3 = 7 horas a tus obligaciones, t4 = 7 horas a tu familia (que coincide con la hora de la comida, el t9 quizás, pero este año les quieres dedicar más tiempo, por lo que aumentarás unas 3 horas los sábados y otras 3 los domingos que dan un total de t4 = 13), no haces ejercicio (t5 = 0) aunque tu propósito de este año es correr una hora diaria (corrijo, t5 = 7 horas). El tiempo para socializar si lo tienes contemplado: unas 2 horas diarias de entresemana con tus compañeros de estudio o trabajo, unas 5 horas los viernes y otras 5 horas los sábados que dan un total de t6 = 20 horas. Prácticamente no tienes pasatiempos, pero tu propósito este año es tomar un curso de “algo” (una incógnita) a la que quizás le dediques t7 = 4 horas semanales. No acostumbras a meditar aunque tu propósito es dedicarle al menos unos 10 minutos al día (t8 = 1.1 horas semanales). Una semana tiene 168 horas que con estas suposiciones siguen esta ecuación:

168 = t1 + t2 + t3 + t4 + t5 + t6 + t7 + t8 + t9
168 = 28 + 40 + 13 + 7 + 20 + 4 + 1.1 + t9
168 = 113.1 + t9

Por lo que t9 = 54.9 horas se dedica a otras actividades. Si quisieras salir un par de días de viaje y reacomodaras tus horarios, aún te sobrarían 4.9 horas para tus otras actividades.

Éste es un ejemplo, por supuesto, pero para mucha gente (la incógnita) simplemente las cuentas no resultan, los tiempos nunca sobran si es que ya se cuenta con dinero. Y el problema aquí puede ser la interpretación del “tiempo para otras actividades”. Para viajar igual que para ahorrar y cualquier otro propósito se tiene que saber con certeza lo que se tiene y lo que se quiere. Si inviertes mucho tiempo en el trabajo, con dificultad lograrás tener tiempo para otras actividades o bien, si le dedicas muchas horas a las fiestas y salidas, entonces tus otras actividades, incluyendo los viajes, se verán afectadas.

El tiempo para viajar no debe ser necesariamente semanal, puede planearse para un mes o en el transcurso del año. Hay que considerar de dónde se va a tomar, así como el presupuesto necesario que será un asunto de cuentas y claro, con el uso del lenguaje algebraico, estemos o no conscientes de ello.


Otros propósitos comúnes de inicios de año son: pasar más tiempo con la familia, dejar de fumar (o alguna otra actividad que no nos guste), encontrar pareja y aprender algo nuevo.


Para algunos de ellos, es claro que hay que tener una idea de lo que se tiene y a donde se quiere llegar. Pasar más tiempo con la familia es una ecuación de balance de tiempos como en el caso de viajar. Dejar de fumar es similar a hacer ejercicio o dieta, es cuestión de voluntad y perseverancia, pero también es cuestión de cuentas de lo que te ahorrarás en comprar cigarros y los años que le agregarás a tu vida. Encontrar pareja no es matemático pero dedicar tiempo a las actividades que te pueden ayudar a encontrarla si requiere de análisis similares a otros propósitos.

Y, por último: aprender algo nuevo. ¿Por qué no a resolver situaciones problemáticas? Algo que puede estar más cerca del análisis que de la búsqueda de soluciones milagro, ¿no?

¡Qué cumplas tus propósitos de inicio de año!

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