mayo 07, 2019

Poesía científica: El viejo astrónomo a su aprendiz, por Sarah Williams


Desde que tengo memoria me encanta la poesía pero desde que estudié física me interesé mucho por la combinación de la ciencia y la poesía. ¿Es ese tipo de combinación posible? Bueno pues, sucede que sí. Los grandes avances científicos del siglo XIX hasta nuestros días, curiosamente, han ido a la par del desarrollo de un nuevo tipo de poesía: la poesía científica, cuyas raíces datan del tiempo de los romanos.

Existe una frase muy famosa, difundida en internet como una frase de Galileo que dice:

He amado demasiado a las estrellas como para tener miedo de la noche.

Sólo que, al parecer, no es del físico italiano sino del poema “El viejo astrónomo a su aprendiz”, escrito por la poetisa y novelista inglesa Sarah Williams, en 1868. El poema es muy famoso en el mundo de habla inglesa pero poco conocido en español.



Aquí les presento la traducción que hice del poema, así como su versión original. Y cómo siempre, las observaciones son bienvenidas.

El viejo astrónomo a su aprendiz
por Sarah Williams

Como una oferta para mí, conoceré a Tycho Brahe cuando nos encontremos,
cuando le comparta mi ciencia póstuma, sentado humildemente a sus pies.
Él puede saber la ley de todas las cosas, pero no conoce cómo
hemos trabajado desde su época hasta ahora.

Reza mi aprendiz, recuerda que te dejo mi teoría completa
que carece sólo de ciertos datos que debes agregar cuando los encuentres,
y recuerda, la gente la despreciará ya que es original y verdadera
y la crítica pública a las innovaciones puede caer amargamente sobre ti.

Pero tú, como mi pupilo, has aprendido el valor del desprecio,
te has reído conmigo con pena, nos hemos alegrado de estar tristes.
¿Qué son para nosotros todas las distracciones de las becas y la condescendencia de los hombres?
¿Qué es, para nosotros, la diosa del placer con sus artimañas meritorias?

Puedes decirle a la universidad alemana que su reconocimiento llega demasiado tarde.
Pero no deben arrepentirse por el destino del sabio canoso,
aunque mi alma se sumerja en la oscuridad, se elevará en una luz perfecta,
he amado demasiado a las estrellas como para tener miedo de la noche.

¿Acaso, hijo mío, estás llorando? Debes conservar tus ojos limpios,
los necesitarás, observador mío, para muchas otras noches.
No dejo nada, sólo a ti, mi pupilo, que conoces todas mis ideas.
– No tiene nada, sólo a mí –, murmuras, y ¿te dejo demasiado solo?

Bésame la frente, hijo mío, ya que mi madre me dio su bendición.
Me ha faltado algo en mi naturaleza hasta ahora,
apenas puedo comprenderlo, yo podría haber sido más amable,
podría haberte apreciado con más sabiduría, a ti, que te dejo ahora.

¿He fallado en ser bondadoso? Vivíamos dedicados a la investigación,
la frialdad silenciosa fue el error que llevamos en nuestra vida,
pero tu espíritu está inmaculado, puedes dedicarte todavía
al servicio de nuestra ciencia: ¿irás más allá? ¡Así será!

Hay ciertos cálculos que me gustaría hacer contigo,
para estar seguro de que tus deducciones serán lógicas y verdaderas,
y recuerda, tener paciencia y más paciencia, es la consigna de un sabio,
ni hoy ni todavía mañana se podrá completar la edad perfecta.

He sembrado, como Tycho Brahe, lo mejor que un hombre puede hacer,
pero si nadie lo cosecha, me pertubará mientras duermo.
Así que sé cuidadoso y ten esperanza porque como yo, quizás tu nombre no se recuerde,
pero, hijo mío, que nada te convenza de sólo perseguir la fama.

Debo decir adiós, mi aprendiz, porque ya no puedo hablar,
recorro el telón hacia Venus, antes de que mi visión se vuelva débil.
Es extraño que el planeta nacarado se vea rojo como el feroz Marte,
Dios misericordiosamente me guiará en mi camino entre las estrellas.


(el poema original, en inglés)

The old astronomer to his pupil
Sarah Williams

Reach me down my Tycho Brahé,—I would know him when we meet,
when I share my later science, sitting humbly at his feet;
he may know the law of all things, yet be ignorant of how
we are working to completion, working on from then till now.

Pray, remember, that I leave you all my theory complete,
lacking only certain data, for your adding, as is meet;
and remember, men will scorn it, ’tis original and true,
and the obloquy of newness may fall bitterly on you.

But, my pupil, as my pupil you have learnt the worth of scorn;
you have laughed with me at pity, we have joyed to be forlorn;
what, for us, are all distractions of men's fellowship and smiles?
What, for us, the goddess pleasure, with her meretricious wiles?

You may tell that German College that their honour comes too late.
But they must not waste repentance on the grizzly savant's fate;
though my soul may set in darkness, it will rise in perfect light;
I have loved the stars too truly to be fearful of the night.

What, my boy, you are not weeping? You should save your eyes for sight;
you will need them, mine observer, yet for many another night.
I leave none but you, my pupil, unto whom my plans are known.
You “have none but me,” you murmur, and I “leave you quite alone”?

Well then, kiss me,—since my mother left her blessing on my brow,
there has been a something wanting in my nature until now;
I can dimly comprehend it,—that I might have been more kind,
might have cherished you more wisely, as the one I leave behind.

I “have never failed in kindness”? No, we lived too high for strife,—
calmest coldness was the error which has crept into our life;
but your spirit is untainted, I can dedicate you still
to the service of our science: you will further it? you will!

There are certain calculations I should like to make with you,
to be sure that your deductions will be logical and true;
and remember, “Patience, Patience,” is the watchword of a sage,
not to-day nor yet to-morrow can complete a perfect age.

I have sown, like Tycho Brahé, that a greater man may reap;
But if none should do my reaping, ’twill disturb me in my sleep.
So be careful and be faithful, though, like me, you leave no name;
see, my boy, that nothing turn you to the mere pursuit of fame.

I must say Good-bye, my pupil, for I cannot longer speak;
draw the curtain back for Venus, ere my vision grows too weak:
It is strange the pearly planet should look red as fiery Mars,—
God will mercifully guide me on my way amongst the stars.

2 comentarios:

  1. Importante la aclaración del verdadero autor de la frase. Muy buena traducción <3

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    1. En efecto, una frase muy popular pero el poema no tanto, al menos en español. ¡Gracias por visitar y comentar!

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