abril 26, 2023

Sobre el número de Shannon, el ajedrez y la nostalgia

En el 2020, el ajedrez se volvió tendencia gracias a la serie “Gambito de dama” que cuenta la historia de Beth Harmon, una chica huérfana que aprende a jugar ajedrez con el conserje y se vuelve una jugadora prodigio.

La historia es una ficción que se basa en la novela del escritor Walter Tevis pero cuya trama retoma la verdadera atmósfera que se vivió en torno al ajedrez durante las décadas de 1960 a 1990.

En esos años, las partidas de ajedrez se seguían con avidez en periódicos, revistas y a televisión. Los campeonatos eran todo un suceso, sobre todo los duelos entre los grandes maestros soviéticos y estadounidenses. Sin embargo, esa época terminó el 11 de mayo de 1997 cuando Deep Blue, una computadora de IBM, le ganó al campeón del mundo, Garri Kasparov.

En la actualidad vivimos otra clase de mundo en el que las computadoras y la inteligencia artificial se han vuelto parte de nuestras vidas y es en este mundo, precisamente, en el que el número de jugadas de ajedrez conocido como “el número de Shannon” toma relevancia.

Claude Shannon fue un matemático estadounidense que realizó investigaciones relacionadas con el cómputo, los circuitos eléctricos y la comunicación. En su teoría matemática de la comunicación demostró que se puede medir la velocidad de transmisión de la información de todo tipo de fuentes como el telégrafo, el teléfono, la radio y la televisión, en su tiempo, y el internet y la comunicación celular, en nuestro tiempo.

La teoría de Shannon se aplica hoy en día a la velocidad de cálculos computacionales que en nuestros tiempos de internet es algo esencial para la rapidez operativa relacionada con la funcionalidad de internet o, en palabras más mundanas, para que todos podamos consultar todo a la mayor rapidez posible.

En nuestro mundo, todos usamos los medios de comunicación y consultamos noticias, pasatiempos, chismes y todo tipo de información en internet pero no nos preguntamos qué hay detrás de eso… Bueno pues, las investigaciones de Shannon son una parte fundamental del funcionamiento actual de internet.

No era de extrañar que metido en cálculos computacionales, Shannon incursionara también en la programación de computadoras jugadoras de ajedrez. En 1949 publicó un artículo al respecto en donde estableció que el número mínimo de jugadas posibles en el ajedrez era de:

Este número se conoce como “número de Shannon” y establece todas las posibles jugadas que quizás han estado presentes, al menos de forma potencial, en la mente de los grandes genios del ajedrez.

En la ficción, Beth Harmon miraba hacia el techo y contemplaba todas las posibles jugadas de sus partidos. En la realidad, seguramente Bobby Fisher, un genio en el juego del ajedrez, pensaba en posibilidades infinitas de juego. Al parecer, Tevis se inspiró en Bobby Fisher y en otros ajedrecistas prodigio para crear a su personaje.

Es muy posible que en la ex Unión Soviética, donde el ajedrez era casi una religión en aquellos años, miles de soviéticos aprendieran todo tipo de combinaciones de juego dentro de ese número enorme de Shannon. Y claro, Deep Blue ya contaba con la información de combinaciones de partidas cuando le ganó al campeón Kasparov.

Recuerdo haber visto recortes de periódico de cientos de partidas de ajedrez en los libros de mi papá. Él hablaba con entusiasmo sobre jugadores como Bobby Fisher y el genio cubano Capablanca. Las actualizaciones de puntajes sobre los duelos Karpov-Kasparov era una de las noticias imprescindibles en los noticieros de la mañana y en México era toda una tradición ver los juegos uno a uno o las partidas simultáneas en lugares como Ciudad Universitaria o el Bosque de Chapultepec.

Durante años, mi papá se iba a jugar ajedrez el fin de semana. Hace poco tiempo me encantó saber que acostumbraba a jugar partidas simultáneas en el Bosque de Chapultepec  y que tenía el grado de maestro. Busqué información en internet al respecto pero no había. Sé que hubo un mundo mucho antes del mundo digital del siglo XXI y varios nombres están ocultos en las páginas del pasado, entre ellos Ernesto Díaz Becerril, ingeniero civil, futbolista y jugador apasionado de ajedrez en México.


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