noviembre 07, 2014

Teoría de la sombra

¿Se han fijado en tu sombra? Calma, que no se trata de misterios inexplicables o que de repente, tu sombra salte y te ataque.

Simplemente de observar con un poco de detenimiento tu sombra y la de los objetos que te rodean.


A lo largo del día, las sombras cambian de longitud. Quizá para muchos esta observación sea obvia, sobre todo para quién ha buscado protegerse del sol a medio día de uno de esos días muy caluroso. A esa hora, la sombra es prácticamente inexistente, mientras que por las mañanas o por las tardes, la sombra es más larga.

En un país, uno se acostumbra a su sombra. De modo cualitativo, se aprende a observarla y calcular que hora del día es aproximadamente. De hecho, la sombra no sólo cambia de longitud sino también de dirección y esto ha sido aprovechado para fabricar relojes de sol. Además la longitud y dirección de la sombra también depende de la fecha del año. La Tierra gira sobre sí misma y alrededor del sol. Sin embargo, su eje de giro está inclinado 23.5 grados con respecto al plano de su órbita alrededor del sol y de hecho, dependiendo de la latitud en la que te encuentres, esa inclinación la puedes ver en el semicírculo que describe el sol en el cielo a lo largo de un día. Esto es un poco difícil de imaginar y de comprender, ya que nosotros estamos en el planeta que se mueve alrededor del Sol y no podemos ver las cosas desde otro lugar. La Tierra es la que rota sobre su eje y el Sol no se mueve (no al menos alrededor de la Tierra) pero a nosotros nos parece que es el Sol el que se mueve y es el que parece describir diferentes trayectorias (semicírculos) a lo largo del año.


Para quién haya tenido la oportunidad de viajar a otros lugares, preferentemente muy lejos de donde viven, podrá notar la diferencia de las sombras.

Cuando estuve en Inglaterra, por ejemplo, pude maravillarme con sombras de longitud enorme durante las tardes de fines de otoño. Hasta las rocas más pequeñas tenían una sombra tan grande que convertía los suelos en paisajes extraños y ajenos a mi experiencia en México. Sin embargo, les conté a mis amigos ingleses como era posible en México, que el Sol estuviera encima de nuestras cabezas durante el verano, cosa que ellos nunca veían en su país. La diferencia entre ambos países es la latitud en la que se encuentran. El norte de Inglaterra está a una latitud de 55 grados mientras que la Ciudad de México está a una latitud de 20 grados. Durante todo el año, no se puede tener al Sol sobre la cabeza en Inglaterra y con las condiciones del eje terrestre, no se podrán observar sombras larguísimas sino hasta muy cerca del ocaso en la Ciudad de México.


Con otros países, los fenómenos también dependen de su latitud. Cuentan las personas que han viajado muy cerca del polo norte que a esas latitudes se llegan a observar varias sombras para un mismo objeto y en diferentes direcciones, como las que se ven en recintos iluminados por luces artificiales.


Tu sombra refleja tu forma, aunque eso no siempre nos da la pista de cómo eres. Pueden amontonar objetos para lograr que la sombra parezca la sombra de algún otro objeto o jugar con las manos para que su sombra imite la apariencia de algún animal. Sin embargo, la longitud y la dirección de la sombra bajo la luz del Sol, siempre reflejará la hora del día y la latitud donde te encuentres… claro, para determinar esto, hay que observar y medir con paciencia y durante mucho tiempo.

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