octubre 25, 2020

Escalas métricas: coronavirus y cubrebocas

Desde marzo de 2020, el mundo se enfrenta a una situación que no se creía que fuera posible en estos tiempos de avances tecnológicos.

La situación es una pandemia causada por el virus SARS-CoV-2 o coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave tipo 2. En las noticias se refieren a ella como Covid-19 que significa enfermedad por coronavirus del 2019. Sí, la que apareció en la ciudad de Wuhan, China, a finales del 2019 y para la primavera de 2020 se empezó a diseminar por todo el mundo.

Una de las medidas populares para minimizar el riesgo de contagio por este virus es el uso de cubrebocas, (o tapabocas) como una barrera contra el virus.

Pero, ¿por qué no sirven todos y porqué sirven los que sí sirven? Bueno, la explicación radica en las escalas métricas del Sistema Decimal de unidades.

Se estima que el coronavirus tiene un tamaño de 100 a 160 nm (nanómetros). El prefijo “nano” (la n) significa 10-9, que en otras palabras, quiere decir que hay que multiplicar las cantidades dadas por 10-9 para saber la parte de un metro a la que corresponden. Así pues, el coronavirus tiene un tamaño de 0.000000100 m a 0.000000160 m, es decir, unas 100 a 160 milmillonésimas partes de un metro.

Pero veamos el menor de sus tamaños usando una unidad más pequeña, digamos, los milímetros, que es la milésima parte de un metro. Para escribir 1 m en milímetros, hay que multiplicarlo por 1000 (o 103) y se tiene que:

1 m =1000 mm

Como el prefijo “mili” significa 10-3, para regresar a los metros, hay que dividir entre 1000 (que significa multiplicar por 10-3, de manera similar a como se hizo para pasar de nanómetros a metros).

Bueno pues, volvamos con el coronavirus cuyo menor tamaño, en milímetros, es de 0.000100 mm, es decir, es de 100 millonésimas partes de un milímetro. Sigue siendo difícil de imaginar.

Usemos algo más pequeño con lo que estemos familiarizados como un cabello humano.

El cabello humano promedio tiene un grosor de 60 micras, si es mucho muy delgado, podría llegar a medir unas 10 micras. La micra o micrómetro (mm) es la millonésima parte de un metro o bien, la milésima parte de un milímetro. Para pasar de milímetros a micrómetros (micras), hay que multiplicar por 1000 (de forma similar a como se pasó de metros a milímetros).

1 mm = 1000 mm

El menor tamaño del coronavirus en micrómetros (o micras) es de 0.100 mm o sea, 100 milésimas de una micra, o si lo simplificamos, 1 décima parte de una micra. Como un cabello humano superdelgado es del orden de 10 micras, el tamaño del coronavirus sería de 1 centécima parte de ese cabello superdelgado. Si el ancho del cabello delgado lo visualizáramos con un metro, el tamaño del coronavirus sería de 1 centímetro.

Ahora vamos con los cubrebocas.

Las telas de algodón tienen fibras con un ancho de 15 a 25 mm por lo que podemos considerar que un tejido de algodón, por muy ajustado que esté, dejará pasar partículas menores a 15 mm, y como vimos, el coronavirus es prácticamente cien veces menor a ese tamaño. En la realidad, los cubrebocas hechos de tela, en general, dejan pasar partículas de 80 mm o menos (el coronavirus, entre ellas).

Por otro lado, mucha gente usa cubrebocas de pellón médico o quirúrgico. Este tejido no permite el paso del 94% de partículas de menos de 10 mm. Podríamos pensar que los poros de la tela son cercanos a ese tamaño. Sin embargo, el coronavirus tiene un tamaño mucho más pequeño y sí podría colarse. Estudios a lo largo de todo el mundo informan que este virus se puede transmitir mediante gotas respiratorias de 5 mm de tamaño, lo que permite que la mayoría de los cubrebocas de este tipo sean más efectivos.

Sin embargo, los cubrebocas que más se recomiendan contra el coronavirus por su efectividad son los llamados N95 que están hechos de polímeros sintéticos que forman una tela “no tejida” que filtra el 95% de las partículas de 0.3 mm de tamaño. Este tamaño es menor que el de una gota respiratoria pero aún es mayor que el del coronavirus en sí. Los cubrebocas N95, no obstante, cumplen una normatividad de salud de Estados Unidos por la que son los que usan los médicos que atienden a los pacientes contagiados por el Covid-19.

Claro que hay gente que usa cubrebocas de nylon con poros tan pequeños como de 0.2 mm, el doble del tamaño del coronavirus. Seguramente la filtración de este virus es mucho más efectiva pero el problema con estos cubrebocas es la dificultad para respirar.
En la realidad, el problema de la transmisión del coronavirus en el aire depende no sólo de su tamaño sino también de la velocidad (ocasionada por la respiración o un estornudo) con la que sale de la boca de un enfermo. Para las personas comúnes, seguir las medidas de distanciamiento social en la convivencia con el resto de la gente, así como evitar las reuniones con gente con la que no vive, es la mejor forma de disminuir el riesgo de contagio. 

Con respecto al uso del cubrebocas, los médicos aconsejan que lo mejor es usar cualquier cubrebocas en vez de nada. Sin embargo, con el uso de las escalas métricas para visualizar el tamaño del virus y de los entramados o poros de los cubrebocas, ya te puedes imaginar a lo que en realidad te estás enfrentando.



3 comentarios:

  1. Hola, Excelente trabajo de información y aclaración. Lo que resulta imperdonable de parte de los editores es que hayan hecho 1 mm = 1000 mm...con esto se piede todo...ni modo, lo cual da al traste con toda una buena contribución.

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    1. Lo que dice es que 1 mm = 1000 (mu)m o micrómetros. Quizás ciertos dispositivos no admiten la letra mu que es el prefijo para micra. ¡Saludos!

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  2. Por varios comentarios a este artículo en redes sociales, al parecer algunos caracteres como mu no se visualizan en todos los dispositivos. Cuando se hablan de micrómetros, se escribe "mu" y el símbolo de "metros". ¡Saludos!

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El mundo quizá no es más que un conjunto de poliedros irregulares cuyas caras son extrañas y cambiantes... Veamos hasta donde y hasta cuando rueda este poliedro antes de desvanecer sus aristas y perder la planaridad de sus caras, antes de volverse una esfera... a quién alguien en el camino le diga que su destino, era rodar y rodar.