agosto 12, 2021

Ciencia. Nombres curiosos en Astronomía: las estrellas

El ser humano miró al cielo desde el principio de los tiempos. Vio en las agrupaciones de estrellas formas en las que observaba a los objetos comunes a su alrededor, pero en otras formas imaginó ver a sus dioses y al nacimiento de sus leyendas.

Nombró a las estrellas errantes, los planetas, en honor a sus dioses, y también le dio nombre a las estrellas. Conforme su conocimiento avanzaba, fue dando nombres a asteroides, nebulosas, galaxias y a regiones de la Luna y de los planetas del sistema solar.

Los nombres tradicionales de las estrellas que hoy usamos son de origen árabe como Rigel o siguen una nomenclatura basada en su ubicación de observación con respecto a alguna constelación como Beta Orionis (que es Rigel) de la constelación de Orión. Sin embargo, existen nombres fuera de lo común que rinden homenaje a personajes importantes relacionados con la investigación y exploración astronómica o la cultura mundial.


Dos estrellas con nombres muy originales son Sualocin y Rotanev que aparecieron en el catálogo de Palermo a principios del siglo XIX y tienen una historia curiosa ya que al principio no se sabía por qué las llamaron así. Fue el astrónomo británico Thomas Webb quien descubrió que las estrellas recibieron su nombre “literalmente” del astrónomo italiano Niccolò Cacciatore cuyo nombre latinizado fue Nicolaus Venator. Bueno pues al parecer, Cacciatore se divirtió un poco denominando a las estrellas Alfa y Beta Delphini (de la constelación del Delfín) como sus propios nombres Nicolaus y Venator pero al revés: Sualocin y Rotanev. En el 2016, los nombres se aceptaron oficialmente por la Unión Astronómica Internacional.

En la década de 1960, se repitió la misma fórmula de nombres alrevesados de Cacciatore usando nombres y apodos de los astronautas Virgil Ivan Grissom, Edward White y Roger Chaffee de la misión Apollo. La estrella Gamma Cassiopeiae de la constelación de Casiopea se conoce como Navi en honor al segundo nombre de Virgil Ivan Grissom, el astronauta en jefe. La estrella Iota Ursae Majoris de la constelación de la Osa Mayor se llama Dnoces en referencia al astronauta Edward White, el segundo o second, en inglés. Y la estrella Gamma Velorum se conoce como Regor que es el primer nombre al revés del astronauta Roger Chaffee. Desafortunadamente, los tres astronautas murieron en la misión Apollo 1 en 1967 por lo que en honor a ellos, las estrellas Navi, Dnoces y Regor se nombran así de forma oficial por la Unión Astronómica Internacional.

Cabe mencionar que la Unión Astronómica Internacional es muy exigente en cuanto a la nomenclatura de los objetos astronómicos y no cualquiera puede tener el privilegio de que un objeto astronómico como una estrella sea nombrada en su honor.

Sin embargo, un personaje importante como Miguel de Cervantes Saavedra sí que puede tener su propia estrella que, por cierto, es Mu Arae de la constelación del Altar, y no sólo eso, sino que ¡también puede tener su propio sistema solar! El caso es que, a iniciativa de la Sociedad Astronómica de España, el planetario de Pamplona y el Instituto Cervantes, la estrella Cervantes del sistema Cervantes recibió su nombre oficial en 2015 y los cuatro planetas del sistema Cervantes se llaman Dulcinea, Quijote, Sancho y Rocinante.

La estrella BD−17 63 de la constelación austral de La Ballena (también conocida como Ceto) se llama Felixvarela en honor del sacerdote cubano Félix Varela que jugó un importante papel en el nacimiento de la nación y de la enseñanza científica en el país. Este nombre fue iniciativa de Cuba durante la campaña NameExoWorlds de la Sociedad Astronómica International para poner nombre a exoplanetas y a sus respectivas estrellas. El planeta que la orbita es Finlay, en honor al médico cubano Carlos Finlay que fue el descubridor de la vacuna contra la fiebre amarilla.

Otros países también hicieron propuestas de nombres curiosos durante la campaña NameExoWorlds como el caso de la estrella Macondo (HD 93083 de la constelación austral de La Bomba Neumática), en recuerdo a la villa de la novela “100 años de soledad” de Gabriel García Márquez. Alrededor de la estrella Macondo, orbita nada menos que el planeta Melquiades en referencia al personaje principal de la novela.

Sin duda, un merecido reconocimiento a la investigación astronómica lo tiene la estrella 55 Cancri A del sistema binario 55 Cancri de la constelación del Cangrejo que se llama Copérnico en honor al astrónomo polaco Nicolás Copérnico. La estrella Copérnico tienen cinco planetas extrasolares orbitando a su alrededor y cuyos nombres son: Galileo, Brahe, Lipperhey, Janssen y Harriot.

Galileo, en honor al físico italiano Galileo Galilei, padre de la física, descubridor de satélites de Júpiter y observador de la actividad solar, entre otras muchas aportaciones al desarrollo de la física y la astronomía. Brahe, en honor a Tycho Brahe, descubridor de la forma elíptica de las órbitas planetarias y quien enunció sus leyes de movimiento. Lipperhey y Janssen, en honor a los pioneros holandeses en la creación de lentes y telescopios, Hans Lipperhey y Jacharias Janssen. Y Harriot, en honor del astrónomo inglés Thomas Harriot quien desarrolló la teoría de la refracción, observó por primera vez a la Luna con un telescopio y contribuyó al uso de símbolos para la notación matemática. 

Bueno, la campaña NameExoWorlds sigue y sigue también el descubrimiento de nuevos exoplanetas. Así que, ya sabes, puedes buscar a las instituciones astronómicas de tu país para proponer, ¿por qué no?, más nombres curiosos para los exoplanetas y sus respectivas estrellas. ¿Se te ocurre alguna propuesta?

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El mundo quizá no es más que un conjunto de poliedros irregulares cuyas caras son extrañas y cambiantes... Veamos hasta donde y hasta cuando rueda este poliedro antes de desvanecer sus aristas y perder la planaridad de sus caras, antes de volverse una esfera... a quién alguien en el camino le diga que su destino, era rodar y rodar.