En la soledad de la arena, en un
terreno en el que el silencio es el sonido que se advierte durante muchos años,
una roca comienza a moverse como si tuviera vida. El tiempo transcurre de
manera imperceptible y de esta misma manera se va dibujando una trayectoria que
al cabo de unos tres años se convierte en la huella del camino que siguió una
piedra. Dicen que las piedras se mueven incluso hasta 100 metros a lo largo de
un año.
El escultor Theo Jansen estudió
física en su natal Holanda pero se decidió por seguir el camino del arte y hoy
es conocido por la creación de esqueletos que pueden moverse propulsados por el
viento dando la impresión de ser estructuras biológicas con movimiento propio o
lo que él ha denominado, la creación de una “nueva naturaleza”.
La sensación del movimiento no
ocasionado por la vida es impactante y quizás es lo que el escultor
norteamericano Anthony Howe también desea transmitir con sus esculturas que
parecieran criaturas extraterrestres o vórtices y que construye con la ayuda de
su computadora.
Y
a veces basta con la sutilidad de escultores como los norteamericanos Lin Emery
o Lyman Whitaker para dejar una sensación de admiración de ver “cosas que se
mueven”.
Pero
no sólo el viento es el que produce movimiento a las cosas inertes. En su
escultura “piedras rodantes” en una fuente de la ciudad de Dublín, la inglesa
Angela Conner “inyecta de movimiento” a dos esferas que se balancean y usa esa
misma técnica en otras esculturas para que se muevan con el agua.
En
ocasiones, los artistas combinan también la luz con el movimiento para dar la
impresión de que la naturaleza adquiere vida que surge de los sueños de un
futuro fantástico y casi tangible como lo hace el escultor coreano U-ram Choe.
Dicen
que las piedras rodantes podrían moverse debido a un suelo húmedo, a una capa
de arcilla o a un viento constante que las empuja día con día.
Tal
vez, en ocasiones, la física quiera hacer de las suyas intencionalmente o sin
intención alguna con las cosas de la naturaleza.
Quién
sabe que más cosas que se muevan puedan ver nuestros ojos en el futuro, aquí o
en cualquier otro planeta…
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