noviembre 24, 2021

Poesía científica (y tecnológica): Dos poemas a Laika, la perrita espacial

El 3 de noviembre de 1957 se envió a la perrita Laika al espacio en un viaje sin retorno.

Laika fue una perrita callejera y también el primer ser vivo en una órbita terrestre. Hoy en día, se le recuerda en la lista de los comonautas soviéticos caídos en La Ciudad de las Estrellas, al noreste de Moscú y se sabe que murió unas horas después del lanzamiento por la falla del aislante térmico de la cápsula.

Aunque ya sabía de la existencia de Laika, no conocía toda su historia que es bastante triste. Recientemente la supe y me impresionó. Encontré un poema de los 50's y también les comparto un poema que yo le hice a Laika.

En 1957, la gente de ese entonces pensaba que Laika regresaría del espacio pues fue la propaganda soviética y no fue sino hasta hace unos años que el mundo se enteraría de lo que realmente sucedió.

La poeta italiana Clelia Conterno Guglielminetti, que escribía poesía en esperanto, le dedicó un poema que ilustra lo que se pensaba de Laika en aquella época.

Laika 

Laika, perrita de ojos vivaces,

viajas a través de las estrellas sin saberlo:

lo que miras seguirá siendo un secreto...

Laika, ingenua, sencilla e inocente,

en medio de una gran soledad.

 

Mi pequeño se parece a ti cuando duerme

y camina por las estrellas sin saberlo,

lo que mira seguirá siendo un secreto.

 

En soledad, mi pequeño

vive el drama íntimo del sueño,

flotando en el infinito,

criatura frágil e indefensa.

 

Y cuando regresa,

como tú, Laika, si vuelves,

guardará los secretos de las estrellas

en sus pupilas negras.

 

Y en sus oídos,

conchas de caracol rosa,

la eterna música del espacio,

pero no puede decírmelo.

 

Lo sabe todo y no sabe nada,

como tú, Laika.

(Traducción del poema traducido al portugués de la Revista Literaria em Traducao 12)


En el 2002, se reveló que Laika murió de sobrecalentamiento unas horas después del lanzamiento y no por eutanasia cuando llevaba 6 días en órbita, como habían informado en ese entonces.

La perrita fue entrenada en el Programa de Perros Espaciales de la Unión Soviética junto con Albina y Mushka (Mosquita). Ella fue la que mejor pasó las pruebas y por eso la eligieron para viajar en el Sputnik 2 que se lanzaría para celebrar el 40 aniversario de la Revolución Rusa. Sin embargo, todos sabían que era un viaje sin regreso.

Su historia me impactó tanto que le compuse este poema, pensando en otros perros callejeros.

Laika 

No sabremos, al igual que no sabemos ahora, lo que sienten los perros.

 

¿Qué es aquello de vivir por 3 años deambulando en la calle con frío?

¿Qué se siente buscar y luchar cada día por el alimento?

 

¿Qué se siente encontrarse a un humano que te mira de lejos?

¿Y que entonces te ofrece comida, te muestra cariño y te brinda algún techo?

 

¿Qué se siente sentirte querida y usar electrodos en experimentos?

¿Qué se siente comer de una pasta con hambre que viene desde el nacimiento?

 

¡Qué dichosa que en aquellos días, aunque breve el tiempo,

te encontrabas con otras amigas: Albina y Mushka,

¿pero me pregunto si acaso jugaban como juegan los perros?

 

Dicen que ladrabas, que ladrabas mucho, linda Rizadita, Limoncito y Bicho,

te llamaban ellos, ¿fue quizás por juego, o fue por cariño?

 

¿Qué es lo que sentías cuando te enjaulaban y pasaban días?

Bien te comportabas, no nos cabe duda, ¿acaso queriendo darles alegría?

 

¿Qué te imaginabas en tu pensamiento cuando un cierto día,

ellos te llevaron y sin entenderlo te operaron luego?

 

Después te pusieron un traje metálico – cápsula Sputnik –, dijeron,

y ahí en adelante, ese exoesqueleto se volvió tu cuerpo.

 

¿Qué es lo que sentiste cuando te dejaron, hacia donde iban esos ojos vivos?

¿Qué es lo que mirabas por la ventanilla? ¿Las nubes? ¿El sol? ¿El espacio? ¿El brillo?

 

Tu corazoncito latía aún más rápido. ¿Qué pensabas linda? ¿Entendías algo?

Volaste kilómetros lejos de la atmósfera, ¿acaso esperaste a algún ser humano?

 

Desde aquel momento triste de la ciencia, ¿qué hay que decir de aquellos hechos?

¿Mártir del progreso? ¿Un asesinato? ¿Una vida triste y un destino trágico?

 

Ojalá tu nombre mueva corazones, ojalá esos tristes y viejos recuerdos

nos hagan mirar hacia nuestro espacio en el que habitan muchos otros perros:

que miran las nubes, el sol, el espacio y esperan pacientes a alguna persona… 


¿Los abandonamos o los recogemos? ¿Nos desentendemos o cuidamos de ellos?


Dicen que seleccionaron a Laika porque como perra callejera era una sobreviviente y con ella querían medir la respuesta de un ser vivo en el espacio. Preferían a las hembras por su anatomía al orinar. 

En el programa espacial soviético, además de Laika, las perritas Pchyolka (Abejita) y Mushka (Mosquita) murieron cuando el 1º de diciembre de 1960 se destruyó intencionalmente al Sputnik 6 cuya trayectoria de reentrada a la atmosféra se descontroló. Esto lo hicieron los soviéticos para evitar la inspección de la cápsula por países diferentes a la URSS.

En la carrera espacial, muchos animales participaron en las pruebas y lanzamientos: perros, chimpancés, ratones y seres vivos como insectos y plantas. La URSS y los Estados Unidos estaban enceguecidos por ganar.

Tristemente, en la actualidad se llevan a cabo otras guerras comerciales y políticas que tienen repercusiones negativas sobre el resto de los seres vivos y el medio ambiente.

¿Lo que quiere la humanidad justifica el daño que se hace al resto de los seres vivos?

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El mundo quizá no es más que un conjunto de poliedros irregulares cuyas caras son extrañas y cambiantes... Veamos hasta donde y hasta cuando rueda este poliedro antes de desvanecer sus aristas y perder la planaridad de sus caras, antes de volverse una esfera... a quién alguien en el camino le diga que su destino, era rodar y rodar.