En ese entonces estudiaba preparatoria y era muy romántica. La armonía de las voces del mítico trío mexicano me pareció tan maravillosa que repetí la canción varias veces y en esos momentos pensé que valía la pena vivir tan sólo para escuchar música.
Los Panchos fue un trío formado en 1944, cuyos integrantes originales fueron los mexicanos Alfredo Gil y Chucho Navarro y el puertorriqueño Hernando Avilés. Por esa época, en México, el fenómeno de los tríos dio origen a varias agrupaciones como el trío Los Calaveras, los Tres Ases, los Duendes, los Dandys y los Tecolines, por mencionar algunos. La principal característica de los tríos era la armonía de las voces que entonaban baladas románticas.
Cualquiera puede cantar bien, entonando y modulando la voz para emitir tonos graves y agudos, intensos y suaves y de alguna manera, se puede integrar con otros instrumentos y otros cantantes para lograr ese efecto agradable a los oídos que conocemos como armonía. Eso suena bien, pero ¿cuál es la receta para lograr la mejor armonía?
Bueno quizás hablar de una receta es demasiado extremista, pero veamos algunos conceptos que la física explica que quizás nos ayudarán a entender un poco más de la armonía.
El sonido, primeramente, se origina por la propagación del aire debido a la voz. Al hablar y al cantar también, hacemos presión sobre el aire a nuestro alrededor. Como una piedra que cae en el agua, las ondas en el aire se propagan hasta alcanzar a alguien que puede percibir un cambio en el estado del aire, o en otras palabras, que pueda oírnos. Si no hubiera aire o algún otro medio alrededor de nosotros, nadie podría oírnos.
“En el espacio, nadie oirá su grito”
¡Vaya pues es cierto!
La música entonces, depende de dónde se toque. Las gotitas en la ducha, por ejemplo, facilitan el rebote de las ondas mientras te bañas. Cantando bajo la regadera, muchos hemos disfrutado de nuestra propia voz, y es cierto ¡se oye mucho mejor!
Ahora bien, las ondas del sonido pueden tener cierta frecuencia. En las ondas del agua, esta característica determina qué tan pegadas o separadas están las crestas de las olas o bien, qué tan frecuentemente se repiten. En el aire, es más difícil de visualizar, pero la frecuencia se relaciona con las notas musicales y cada nota musical tiene su propia frecuencia. Hay unas notas que tocadas juntas suenan disonantes, o sea: feo. Mientras que otras suenan muy bien. Cuando suenan bien, siempre se trata de “armónicos” y esto se relaciona con sus respectivas frecuencias.
El proceso se puede repetir con varias divisiones de la longitud de la guitarra. Las notas generadas, si pudieran tocarse al mismo tiempo, sonarían muy bien. De eso se trata la armonía.
En nuestra garganta, la voz se puede generar a través del aire de nuestros pulmones que utiliza las cuerdas vocales para lograr la emisión de ciertas notas. El resultado final depende de la forma de nuestra boca a través de la cuál sale el aire modulado y del uso de la garganta o el estómago para producir sonidos débiles o fuertes… o un poco más complicado que eso.
Hay gente que instintivamente usa los recursos de su cuerpo para cantar muy bien, pero los mejores cantantes, sobre todo los cantantes de ópera, estudian cómo usar sus cuerdas vocales y su estómago para que la calidad del sonido sea la mejor posible.
Armonizar las voces depende de cantar ciertas notas en particular. La teoría musical, por años, ha agrupado dichas notas en acordes de tres tipos de escalas: la mayor, la menor y la natural. Los acordes mayores suenan victoriosos y festivos. Los acordes menores suenan tristes y nostálgicos. Y los acordes de las escalas naturales no siempre armonizan.
Muy cierto que las voces privilegiadas no solo dominan el arte sino la ciencia tras de ese arte, en este caso la música. Un trío legendario y es interesante verlo relacionado con la física. Muy bueno el post.
ResponderEliminarSaludos.
¡Gracias!
ResponderEliminar