Y de repente te asomas...

En la brillante pantalla de una computadora aparece su faz como si fuera la misma pero su corazón ha dejado de latir. - Se encuentra dormido - piensan los más optimistas. Un día de ésos renacerá a la luz de la nueva tecnología. Pero los pesimistas piensan que desapareció para siempre la vida digital que contenía.

Los archivos recopilados en las navegaciones por mares extraños dentro de un mundo paralelo al terreno. Las imágenes y los documentos escritos cuyo contenido quizá nunca ha de verse. Es un luto el que se guarda cuando alguien muere. Dura meses y a veces hasta años... a veces toda una vida. Pero ¿qué pasa cuando la vida virtual desaparece? La pérdida es distinta de afrontar. Es difícil pero extraño saber qué ha pasado con lo que sentías tan vivo y de repente fue muerto pero no estaba vivo.

Una falla de la luz eléctrica como un choque que acelera el ritmo cardíaco y de repente lo frena. Una caída que lo destruye todo. Un disco duro que existe pero al mismo tiempo desaparece. La información contenida entre sus pistas: desaparecida para siempre.. o quizás dormida.

Y de repente, te asomas, pequeña pieza de simetría geométrica, como para decir que todavía estás vivo.