México 68, el triunfo de la física en el salto de altura

Va esta publicación en celebración del 50 aniversario de los Juegos Olímpicos de México 68, primer país latinoamericano en ser sede olímpica.

El atletismo ha tenido varias pruebas que han sido parte de las ediciones de los Juegos Olímpicos desde Atenas 1896. Una de estas pruebas es el salto de altura en el que se busca sobrepasar una barra horizontal que se apoya en dos soportes. Desde el punto de vista de la física, el movimiento se puede entender con el uso del centro de masa que es un punto geométrico que representa el movimiento del cuerpo.

Logrando que el centro de masa supere la barra de modo que también el cuerpo pueda superarla, entonces se logra un buen salto de altura. Usando la técnica de la tijera y otras técnicas, el centro de masa debe superar por mucho la altura de la barra para poder saltarla, pero en la técnica conocida como “salto Fosbury”, se logra que el centro de masa esté “afuera y abajo” del cuerpo durante el salto por lo que basta con que el cuerpo supere un poco la barra para lograr el salto.

Pero comprendamos un poco más del centro de masa con otros objetos. Si consideramos un balón de futbol con su material homogéneamente distribuido, podemos fácilmente concluir que el punto geométrico justo en su centro puede representar su movimiento como si fuera un “objeto puntual”. Su centro de masa está justo en el centro de la pelota (en su interior). Tomando otros objetos, con algunos es sencillo determinar dónde está su centro de masa y con otros es más complejo. Si piensas en una dona, por ejemplo, acertarás si dices que el centro de masa está en el centro de la dona que, de hecho, ¡no pertenece a la dona!

Con el ser humano, el centro de masa depende de su posición. Al estar de pie, se puede decir que tu centro de masa está en o cerca del ombligo, aproximadamente. Pero si realizas muchos ejercicios de pesas para torso y brazos, es más posible que esté más arriba. O si tienes mucha masa en tus caderas, piernas y muslos, el centro de masa está más abajo, seguramente. Al asumir otra posición, variarás también la posición de tu centro de masa. Si arqueas el cuerpo hacia al frente, tu centro de masa estará fuera de tu cuerpo, y lo mismo si arqueas el cuerpo hacia atrás. Como en el caso de la dona.

El salto de altura apareció desde Atenas 1896 para los hombres, mientras que para las mujeres, se incluye desde Amsterdam 1928. Durante las primeras ediciones, en esta prueba se utilizó la técnica de la tijera en el que el salto se realiza, abriendo las piernas en forma de tijera, pasando sobre la barra con un pie y luego con el otro. Con base en esta técnica, hubo variaciones que se fueron popularizando como “el rodillo costal o californiano” en el que el cuerpo viaja horizontal de costado justo por encima de la barra o la de “el rodillo ventral” en donde se viaja boca abajo por encima de la barra. El atleta estadounidense Ellery Clark ganó el oro en salto de altura en Atenas 1896 con un salto de 1.81 m y la atleta canadiense Ethel Catherwood ganó el oro en esta disciplina en Amsterdam 1928 con un salto de 1.59 m, ambos usando la técnica de la tijera.

Con el paso de más juegos olímpicos, las alturas se incrementaron hasta que en 1968, el récord olímpico lo ostentaba el soviético Valeri Brúmel con 2.18 m de altura. En los Juegos Olímpicos de México 68 se revolucionó el salto de altura con el atleta norteamericano Dick Fosbury quien venía experimentando con una nueva técnica de salto desde sus 16 años. Esta vez, colocó al centro de masa fuera de su cuerpo y pasó sobre la barra de espaldas, lo cual no se había hecho hasta el momento. Arqueando su cuerpo logró que su centro de masa estuviera por debajo de él por lo que fue menos difícil superar la altura de la barra. Rompió el récord olímpico con un salto de 2.24 m.

Desde México 68, la técnica del “salto Fosbury” es la que predomina en las competencias de salto de altura. A la fecha, el cubano Javier Sotomayor ostenta el récord masculino de altura con 2.45 m, mientras que la búlgara Stefka Kostadinova tiene el récord femenino de salto con 2.09 m.

Y claro, tanto la física como el centro de masa siguen jugando el papel protagónico en los incrementos de altura de esta fascinante disciplina deportiva.